Una nueva oportunidad
Estos son los descendientes de Noé: Noé, hombre justo, era perfecto entre los hombre de su tiempo; caminó Noé con Dios.
Génesis 6:9
En la vida de Noé, como sucede con muchos seres humanos, hubo un episodio que, sin duda, lo perturbó por mucho tiempo. Fue un momento vergonzoso que trajo oprobio a toda la familia. Quedó borracho y, bajo los efectos de la embriaguez, apareció desnudo delante los vecinos y familia, provocando escándalo y burlas.
Seguramente al día siguiente, cuando le contaron lo que había hecho, Noé no tuvo coraje de salir a la calle y mirar a los vecinos.
Pero cuando el escritor bíblico hace un resumen de la vida de este patriarca, dice que era un hombre justo e integro entre sus contemporáneos, porque andaba con Dios.
Aquí hay algo maravilloso que necesitamos entender. En el momento en que Noé se embriago, sin duda que estaba lejos de Dios, por que no es posible estar en comunión con Dios y practicar actos pecaminosos al mismo tiempo. Pero la gracia de Dios lo alcanzo, y Noé se levanto, aunque en su pasado había episodios vergonzosos, al final de su vida fue considerado un hombre justo y perfecto.
Cuanta esperanza para los que un día fueron heridos por los dardos del enemigo. Cuanta esperanza para los que un día resbalaron, cayeron y conocieron el gusto de las derrota.
El secreto de Noé fue aprender a andar con Dios. No es fácil, no. A veces, atraídos por el brillo de este mundo, soltamos el brazo poderoso de Jesús y nos golpeamos, pero el siempre esta con el brazo extendido.
Alguien dijo que muchas veces la caída es tan fuerte que no quedan fuerzas para levantar la mano. Pero con solo mirar a Jesús ---quien sabe todo, interpreta nuestro grito de socorro y corre hasta nosotros---, el nos levanta, nos cura las heridas y nos declara justo, como si nunca hubiésemos caído.
Sea nuestra oración hoy: “Gracias, Señor, por ser así, por amarme y comprenderme y por darme siempre nuevas oportunidades. Toma mi mano y guíame por los caminos de la vida”.
Libro: A solas con Jesús
Escritor: Alejandro Bullón