Texto en movimiento

Reflexiones Cristianas

miércoles, 25 de agosto de 2010

Una nueva oportunidad

Una nueva oportunidad

Estos son los descendientes de Noé: Noé, hombre justo, era perfecto entre los hombre de su tiempo; caminó Noé con Dios.
Génesis 6:9

            En la vida de Noé, como sucede con muchos seres humanos, hubo un episodio que, sin duda, lo perturbó por mucho tiempo.  Fue un momento vergonzoso que trajo oprobio a toda la familia.  Quedó borracho y, bajo los efectos de la embriaguez, apareció desnudo delante los vecinos y familia, provocando escándalo y burlas.

            Seguramente al día siguiente, cuando le contaron lo que había hecho, Noé no tuvo coraje de salir a la calle y mirar a los vecinos.
            Pero cuando el escritor bíblico hace un resumen de la vida de este patriarca, dice que era un hombre justo e integro entre sus contemporáneos, porque andaba con Dios.

            Aquí hay algo maravilloso que necesitamos entender.  En el momento en que Noé se embriago, sin duda que estaba lejos de Dios, por que no es posible estar en comunión con Dios y practicar actos pecaminosos al mismo tiempo.  Pero la gracia de Dios lo alcanzo, y Noé se levanto, aunque en su pasado había episodios vergonzosos, al final de su vida fue considerado un hombre justo y perfecto.

            Cuanta esperanza para los que un día fueron heridos por los dardos del enemigo.  Cuanta esperanza para los que un día resbalaron, cayeron y conocieron el gusto de las derrota.
            El secreto de Noé fue aprender a andar con Dios.  No es fácil, no.   A veces, atraídos por el brillo de este mundo, soltamos el brazo poderoso de Jesús y nos golpeamos, pero el siempre esta con el brazo extendido.

            Alguien dijo que muchas veces la caída es tan fuerte que no quedan fuerzas para levantar la mano.   Pero con solo mirar a Jesús ---quien sabe todo, interpreta nuestro grito de socorro y corre hasta nosotros---, el nos levanta, nos cura las heridas y nos declara justo, como si nunca hubiésemos caído.

            Sea nuestra oración hoy: “Gracias, Señor, por ser así, por amarme y comprenderme y por darme siempre nuevas oportunidades.   Toma mi mano y guíame por los caminos de la vida”.

Libro: A solas con Jesús
Escritor: Alejandro Bullón

viernes, 20 de agosto de 2010

Orar es aceptar la insuficiencia humana



Orar es aceptar la insuficiencia humana

Respondió Jesús y les dijo: “Lo que yo hago tu no lo comprendes ahora, pero lo entenderás después”.
S. Juan 13:7

            ¿Responde Dios todas las oraciones? ¿Por qué a veces sentimos como que tiene tiempo para todos, menos para nosotros? ¿Alguna vez te sentiste tan pequeño, tan indigno y tan pecador que pensaste que no tenias derecho a que Dios prestara oído a tu oración? Entonces existe algo que necesitas entender: tu sentido de insuficiencia es tu mejor oración.         El primer paso para empezar a percibir en nosotros la respuesta divina, es sentir que somos débiles y necesitados.

            Cuando oramos y le contamos a Dios todo lo que sucede en nuestras vidas, cuando llega la noche y le abrimos el corazón para hablar sin la preocupación del reloj, no es por que debamo0s hacer un informe de de lo que hicimos a lo largo del dia, sino para crear en nosotros un sentido de dependencia y necesidad de el.

            Aunque no hablásemos nada, y simplemente calleáramos de rodillas reconociendo que necesitamos de el, el Señor Jesús oiría y atendería nuestras necesidades.

            Tú que eres madre tal vez consigas entender lo que estoy diciendo. Mira a ese maravilloso hijo que tienes.    No sabe hablar, pero tiene necesidades: aliento, atención y el calor de la madre.         Todo sabe hacer es llorar, pero tu no estas esperando a que el hable para atender sus necesidades.       Por que lo amas, te esfuerzas por adivinar lo que necesita.        Tu eres madre en función de el. Ese pequeño bebe es un objeto de todo tu cariño y atención, sin importar si son las 8 de la noche o las 2 de la madrugada.

            Es mas o menos asy como Dios nos trata. Al orar, dejas de huir de Dios.            Le abres el corazón y le permites entrar.        Permites que el participe de tus sueños y planes.      Dejas que el tome parte de lo mas intimo de tu vida.           Tu nunca estas solo.          El y tu llagan a ser una solo persona. El en ti, santificando tu voluntad y viviendo en ti las grandes obras de victoria.

            Ahora que ambos son uno y viven juntos, aprende a confiar en el.            Aprende a no desesperarte cuando las respuestas divinas no son conforme a tus expectativas humanas. Orar es sentir la insuficiencia humana y abrirle el corazón a Dios como un amigo.  Muchas veces el tendrá que decirte: “Lo que yo hago, tu no lo comprendes ahora pero lo entenderás después”.

            Dios siempre dirige nuestras vidas como nosotros también la dirigiríamos si pudiésemos ver el fin desde el principio, y el futuro se encargara de mostrar como las horas que Dios no oía nuestras oraciones, fueron las horas que el estaba mas cerca de nosotros.

jueves, 19 de agosto de 2010

Andar con Dios


Andar con DIOS

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, por que lo llevo Dios.
Génesis 5:24.

     Algunas veces hoy la historia de Enoc contada por los niños de una manera diferente. Ellos dicen que Enoc y Dios eran muy amigos. Andaban, caminaban, jugaban y dormían juntos. Pero Enoc era muy dormilón, e Dios siempre tenia que despertarlo con un codazo mientras le decía: “Despierta Enoc, que ya es muy tarde”. Entonces ambos saltaban en la cama, se cepillaban los dientes y, después de tomar el desayuno, salían juntos como siempre. Corrían por los campos, nadaban en la laguna, buscaban frutas, hablaban, descansaban debajo de los arboles y, cuando el sol empezaba a ocultarse, Enoc le decía a Dios: “Señor, ya es tarde, volvamos a casa”. Y los dos volvían y dormían juntos para recomenzar todo al día siguiente.

     Un buen día, Dios despertó a Enoc y le dijo: “Mira como brilla el sol; parece que hoy será un día diferente”.

     Se levantaron y comenzaron las actividades de siempre, pero ese día anduvieron mas cerca que nunca, distraídos con la maravillosa comunión que ambos vivían. De repente el Sol comenzó a ocultarse, y Enoc dijo: “Señor, ya es tarde, tenemos que volver”. Pero Dios respondió: “Hijo, hoy anduvimos tanto que mi casa esta mas cerca que la tuya. ¿Qué te parece si hoy vamos a mi casa?” Y ese día Enoc desapareció, por que Dios lo llevó a su propia casa.

     El cristianismo no es más que vivir una maravillosa experiencia de comunión y compañerismo con Jesús. Hacer de él el centro de nuestras vidas. Relacionar todo con él. Permitir que participe en nuestras tareas y actividades diarias. Hacer de su presencia algo real, como ese muchacho que le pidió a su padre que se acostara del otro lado porque Jesús estaba acostado de su lado derecho.

     Esta comenzando un nuevo día. ¿Por qué no hacer de él un día diferente? ¿Por qué no hacer de la presencia de Cristo una presencia viva?
¿Cómo? Conservando una canción en el corazón, relacionando todo con Jesús y aprovechando cualquier oportunidad para hablar a otros el amor de Cristo.